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martes, 18 de septiembre de 2018

Reflexión desde mi Rincón

IDENTIDAD NACIONAL Y SOBERANÍA












Por Lcdo. Argeles Agudo Ochoa

La identidad nacional es un toma de conciencia de lo somos como cultura, como pueblo; tal idea nos conduce a una humilde actitud, tanto objetiva como subjetiva. Subjetiva, cuando desarrollamos la idea de Patria, la valoramos y la llegamos a amar; objetiva, cuando promovemos su conservación y defensa ante cualquier amenaza.


La soberanía es producto de tales apreciaciones, es el sentido posesión sublimado de todo el conjunto que constituye la Patria, es decir el espacio geográfico, los habitantes, su cultura y su desarrollo histórico, resumiendo: es el sentido de pertenecer a toda una integridad física, cultural y espiritual.


La identidad es lograda por los pueblos con sus luchas primigenias contra los embates del medio ambiente natural y contra las acciones de quienes se oponen a su formación y permanencia en el tiempo por diversas razones que generalmente son de carácter geopolítico de dominación y explotación, acompañadas por la transculturación.

El logro de la indecencia de Venezuela no fue un suceso repentino sino el resultad de todo un proceso; en este sentido, Augusto Mijares afirma: “Es inconcebible que aquella inquietud intelectual y política de los criollos brotara de la noche a la mañana de un régimen de rutina y servilismo”.

En efecto, el ejemplo más conspicuo es la oposición de los criollos a la Compañía Guipuzcoana que monopolizó el comercio durante aproximadamente 50 años lo que dio origen diversas manifestaciones de protesta contra ella siendo la de más relevancia el levantamiento de Juan Francisco de León a mediados del siglo XVIII apoyado por los cabildos; este hecho es por demás interesante puesto en él se vislumbra un incipiente concepto de identidad y soberanía que ve reflejado en la siguiente afirmación del hermano de Juan Francisco, Nicolás de León: “…nos toca de obligación el defender nuestra patria, porque si no la defendemos, seremos esclavos de todos ellos” (el subrayado es del autor).

Estos hechos y otros que le precedieron y que pasaron después, tales como las primeras rebeliones de nuestros indígenas, Guaicaipuro, por ejemplo, las de afrodescendientes como José Leonardo Chirino sin olvidarnos de la epopeya de nuestro precursor Francisco de Miranda. Todo esto y más sirven de preparación para nacimiento de la futura República.

En las postrimerías del siglo XVIII, el ambiente político está impregnado de las ideas revolucionarias procedentes de Francia y Estados Unidos, ambiente cultural  donde nace nuestro Libertador Simón Bolívar, ambiente propicio para estimular a quien tuviera un mínimo de conciencia sobre la identidad del terruño que lo vio nacer más aún cuando se encuentra con mentores de la talla de Simón Rodríguez.

1 comentario:

  1. EXCELENTE LO ESCRITO AQUI.NO OLVIDAT PROHIBIDO OLVIDAR.GRACIAS SEÑOR AGUDO POR RECORDARNOS QUE NUESTRA PATRIA ES NUESTRA MADRE PATRIA.

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